sábado, 27 de noviembre de 2010
domingo, 21 de noviembre de 2010
martes, 26 de octubre de 2010
jueves, 23 de septiembre de 2010
jueves, 26 de agosto de 2010
lunes, 23 de agosto de 2010
viernes, 23 de julio de 2010
miércoles, 21 de julio de 2010
lunes, 12 de julio de 2010
sábado, 5 de junio de 2010
viernes, 4 de junio de 2010
viernes, 14 de mayo de 2010
sudo su -
Nada más.
Cientos de foros y docenas de informáticos linuxeros fueron incapaces de decirme cómo demonios otorgar privilegios de root a un usuario.
Extraños códigos, manuales ininteligibles, comandos largos cargados de extraños símbolos, links a páginas especializadas, ejemplos alejados de aquello que busco, dos meses de ardua investigación...
Pues resulta que 6 simples letras, un guión y dos espacios, me han servido, por fin, para otorgarme a mi mismo, privilegios de root.
Si alguna vez algún "entendido" lee este post, que no piense que es demadiado fácil o que no he sabido buscar. Sencillamente, nadie me lo dijo, nadie lo escribió, y una vez más os digo, si queréis ser ricos, poned 15 aspas en la quieniela. Fácil ¿no?
P.D.: con cariño para mi amigo informático, que aunque hizo lo que pudo, con muy buenas intenciones, sin duda, tampoco me dijo las letras mágicas...
En cualquier caso, esto me ha hecho más fuerte.
miércoles, 12 de mayo de 2010
viernes, 30 de abril de 2010
Ubuntu 10.04 LTS (Lucid Lynx)
sábado, 24 de abril de 2010
Los monos y los plátanos...
Para ilustrar la necesidad de preguntarse el por qué de las cosas, la necesidad de cuestionarse lo establecido, la necesidad de conocer las propias creencias y desafiarlas regularmente, contaré hoy la paradoja de los monos y los plátanos.
En un experimento se metieron cinco monos en una habitación. En el centro de la misma ubicaron una escalera, y en lo alto, unos plátanos. Cuando uno de los monos ascendía por la escalera para acceder a los plátanos, los experimentadores rociaban al resto de monos con un chorro de agua fría. Al cabo de un tiempo, los monos asimilaron la conexión entre el uso de la escalera y el chorro de agua fría, de modo que cuando uno de ellos se aventuraba a ascender un busca de un plátano, el resto de monos se lo impedían con violencia. Al final, e incluso ante la tentación del alimento, ningún mono se atrevía a subir por la escalera.
En ese momento, los experimentadores extrajeron uno de los cinco monos iniciales e introdujeron uno nuevo en la habitación.
El mono nuevo, naturalmente, trepó por la escalera en busca de los plátanos. En cuanto los demás observaron sus intenciones, se abalanzaron sobre él y lo bajaron a golpes antes de que el chorro de agua fría hiciera su aparición. Después de repetirse la experiencia varias veces, al final el nuevo mono comprendió que era mejor para su integridad renunciar a ascender por la escalera.
Los experimentadores sustituyeron otra vez a uno de los monos del grupo inicial. El primer mono sustituido participó con especial interés en las palizas al nuevo mono trepador.
Posteriormente se repitió el proceso con el tercer, cuarto y quinto mono, hasta que llegó un momento en que todos los monos del experimento inicial habían sido sustituidos.
En ese momento, los experimentadores se encontraron con algo sorprendente. Ninguno de los monos que había en la habitación había recibido nunca el chorro de agua fría. Sin embargo, ninguno se atrevía a trepar para hacerse con los plátanos. Si hubieran podido preguntar a los primates por qué no subían para alcanzar el alimento, probablemente la respuesta hubiera sido esta “No lo sé. Esto siempre ha sido así”.
“Triste época la nuestra. Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.
—Albert Einstein
viernes, 9 de abril de 2010
miércoles, 31 de marzo de 2010
La invención de la ironía...
Así que el Diablo siguió esperando, esperando… y pasaron los años. Había ya cientos de humanos, pero el Diablo se fijó en uno: Rajnú.
Rajnú podía saltar más alto, correr más lejos y cazar mejor que cualquier otro humano. Era el más listo y era el mejor. Sin embargo Rajnú no era el líder ni tenía intención de serlo: odiaba la estupidez en todas sus formas y no le gustaba ser constructivo.
Un día el Diablo se acercó a Rajnú, que descansaba bajo un árbol, adoptando la forma de un viejo chamán.
- ¿Qué te atormenta? Eres joven y valeroso, y el mejor cazador de la tribu. Y no eres feliz.
- No puedo ser feliz, viejo. Estoy rodeado de idiotas.
- Vaya, ¿no has pensado en hacer algo al respecto?
- Podría matarlos, viejo. Pero son muchos más y podrían conmigo. A veces, empujo a algunos hermanos por el acantilado. A veces les pongo la zancadilla cuando nos persiguen los depredadores… pero es lento, y terminarán por darse cuenta.
Entonces el diablo meditó unos segundos, y mostrando su sonrisa desdentada le dijo:
- Voy a hacerte un regalo, Rajnú. Sé que lo usarás bien.
Rajnú le miró con desinterés, y el viejo se echó a reír.
- Se llama “ironía”. Te ayudará a distinguir a la gente estúpida y a usar su propia estupidez contra ella. Estoy seguro de que harás buen uso de mi regalo.
Rajnú fue feliz a partir de entonces, disfrutando de un placer al alcance de muy pocos. Rajnú tuvo 30 hijos, y se dice que algunos afortunados aún podemos disfrutar de ese regalo. El diablo había hecho algo bueno.
miércoles, 24 de marzo de 2010
viernes, 26 de febrero de 2010
Si eres un visitante...
Si lo haces, te dedico un post, acerca de lo que tu quieras...
Gracias
Salida en bici
http://connect.garmin.com/activity/22597205